Postureo

Mi nombre es AlexCastillo
y soy diseñador

Mi primera referencia de querer ser diseñador fue en el Instituto con apenas 15 años. Yo, como cualquier chaval a esa edad, no tenía ni idea de lo que quería estudiar, con el agravante de que a mí lo que se dice estudiar, estudiar… como hacíamos en el instituto, no me gustaba nada de nada.

Un día la profesora de diseño, África Malo de Molina, comenzó la clase diciendo lo siguiente:

«¡Vosotros!…
los diseñadores del futuro …»

De aquel momento solo recuerdo esa frase y el sobresalto de mi corazón.

Un sobresalto, que observado a través del tiempo, se ha repetido multitud de veces y que ha formado parte de mí cada día de mi vida.

Desde ese momento, y sin yo saberlo, comencé a cultivar el buen diseño, la belleza, la función, la armonía, la usabilidad, la proporción, la textura, la forma…, todos estos y muchos más han sido elementos conscientes y constantes en mi vida.

Cuando tuve que elegir carrera, perseguí mi intuición y cursé Arquitectura de Interiores en la Universidad Politécnica de Madrid. Todo lo mal estudiante que fui en el “insti”, lo fui de brillante en la “uni”.

Te doy un dato: entré sin saber dibujar la o con un canuto y finalicé la carrera dibujando y pintando casi en cualquier técnica, obteniendo uno de los dos premios extraordinarios que entregaban a los proyectos finales.

Estudiar diseño cambió mi forma de percibir el mundo.

De todas las enseñanzas, la más importante fue que en un buen proyecto todos los puntos están conectados y que si cambia uno, puede afectar y cambiar el sentido de lo que pretendes.

Cuando finalicé la carrera, pedí una cita al director de la escuela, Luis Maldonado Ramos, y le dije que tenía un problema que yo podía resolver.

En la carrera las asignaturas no se relacionaban entre sí, los programas eran redundantes y la asignatura de PROYECTOS parecía una asignatura más, cuando, realmente, es la clave que lo ordena todo.

Aquello que para mí era obvio, a él le pareció suficiente como para hacerme becario de la asignatura de PROYECTOS en segundo de carrera. Acompañé como adjunto durante años a arquitectos como Justo Isasi, Alberto Pieltain o Chema Lapuerta, y finalmente, como titular de la asignatura.

Estuve de profesor de proyectos durante 10 años, desde los 23 a los 33. Viví un tiempo de aprendizaje brutal donde tenía que adquirir conocimiento a alta velocidad, asimilar para enseñar de forma casi inmediata.

Aprender y enseñar lo aprendido apareció en mí como un don, como una suerte, como un regalo. Entendí muy pronto que quien enseña aprende dos veces.

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En esos años de arranque monté mi primera sociedad. Y como no podía ser de otra manera, no nos fue bien. Pero entendí una cosa importante, me tenía que seguir formando.

En esa época las enseñanzas de diseño no tenían carácter universitario, de hecho mi carrera de diseño en la Politécnica era y sigue siendo un título propio de la Universidad. Así que me apunté a un Máster de Diseño Estratégico e Identidad Corporativa en el Instituto Europeo de Diseño (IED).

En el IED conocí en persona a muchos grandes diseñadores que algunos hoy viven: Estrada, Artime, Pérez Enciso, Corazón, Feducchi…, pero de todos ellos mi preferido era Frank Memelsdorff, el director del programa.

¿Qué por qué era mi preferido? Sencillo de responder: de todos ellos era el que mejor manejaba la complejidad. Frank hacía fácil lo difícil. Frank entendía lo tácito, lo no evidente y desde ahí proponía.

Me acerqué a él y le dije que tenía un problema que se podía volver oportunidad y que yo podía ayudarle a resolver. ¿Te suena?

Le comenté que la complejidad que él manejaba, yo la podía dibujar y expresar visualmente. Se rió de mí un ratito y, en el máster siguiente yo era su adjunto junto a Gabriel Martínez, quien, al cabo de los años, ha resultado ser uno de los mejores diseñadores gráficos de este país.

Por esa época Frank ya estaba pensando en jubilarse, tenía 78 años. Y como queríamos hacer cosas, juntos creamos una marca con la que presentarnos al mundo, rrebrand strategic design.

Con Frank pasé de firmar presupuestos de tres ceros a cuatro ceros. Solo ir con Frank a una reunión con cliente, el personal se deba cuenta que la fiesta no iba a ser barata. Lo pasamos bien, hicimos proyectos relevantes y ganamos mucha pasta.

Bueno…

la ganó Frank… mi equipo y yo no tanto.

Con su marca personal, con mi energía y la pericia de mi equipo participamos en muchos y grandes proyectos durante unos cuatro años, hasta que decidió volver a Argentina con 82 añazos.

De Frank aprendí que todo está diseñado y que el pensamiento de diseñador se puede aplicar a cualquier disciplina.

Ya sin Frank en la ecuación, me di cuenta que necesitaba formación en Gestión y me apunté a un curso en la Escuela de Organización Industrial, la escuela de negocios del Ministerio de Industria de España.

Ahí me encontré con otro gran tipo, Laurent Ogel. Laurent como director nos enseñó que la gestión de una organización también es un objeto de diseño. Nos lanzó contenido de Gestión clásica, y nosotros diseñadores veteranos, se la devolvimos mejorada. De ahí salió la metodología del Árbol Estratégico (EOI), cocreada por aquel grupo de empresarios diseñadores y modelada por cientos de emprendedores en los siguientes años.

Tras el éxito de ese curso, a Laurent le entregaron la dirección de varios cursos similares a lo largo de todo el país. Y como te puedes imaginar perfectamente, le dije a Laurent que tenía un problema y que me necesitaba como adjunto. Así que me dio acceso a la subdirección y durante dos años estuvimos recorriendo España evangelizando en Gestión y Triple Impacto a empresarios diseñadores.

Como puedes ver, aprender y enseñar vuelve a aparecer, esta vez la excusa fue la Gestión.

Por esas fechas se incorporó uno de mis actuales socios y amigo-hermano Luis Miguel Garrigós. Con él al mando, consolidamos el modelo, crecimos e incluso vendimos parte de la sociedad a otra mayor, 3G SmartGroup, para que nos apalancase el crecimiento. Abrimos sociedades en Perú y en Colombia junto a Ricardo Mejía, amigo y socio en Bogotá y exploramos a tope el mercado latinamericano. Hicimos durante cuatro años proyectos a lo largo y ancho de todo el continente, esto lo puedes ver en www.rrebrand.com

En pleno plan de expansión con Perú y Colombia consolidadas, y explorando abrir oficinas en Panamá y Chile, nos pilló la pandemia. Y, sencillamente, nos hundimos.

Sí, como lo lees.
Nos hundimos.

Preferimos mantener el equipo humano y las oficinas abiertas a enfrentarnos a la decisión de echar gente y reconocer que aquello nos había superado. En apenas ocho meses estábamos fuera de combate.

Creíamos que estábamos priorizando a las personas y realmente lo que estábamos haciendo era no responsabilizarnos de la empresa y, por tanto tampoco, de las personas. No gestionar esta contradicción nos costó la quiebra económica y la ruptura de relaciones humanas que venían de años.

Tras esa quiebra, rrebrand, siguió operativa pero a través de las sociedades latinoamericanas y convertida en lo que es hoy, una plataforma de formación de diseño de negocios con más de 4.000 alumnos en los últimos cuatro años.

Mientras rrebrand sigue su rumbo explorando la economía digital, yo he decidido seguir trabajando con las personas y es aquí donde engancho con tu inquietud de tener una Tu Marca Personal bien construida.

Las personas eran y son para mi el patrimonio que hay que proteger en cualquier circunstancia. En el momento de la quiebra no supe cuidarlas. Hoy te entrego mi mejor esfuerzo a través de este canal.

Mi propósito hoy:

Ayudar a construir
Marcas Personales para personas extraordinarias.

Pongo a tu disposición mis 30 años de experiencia que, como puedes ver, lo único que se repite es que soy diseñador y mis ganas de enseñar lo que he aprendido.

Quiero ofrecerte la posibilidad de dar visibilidad a todo tu valor:

al valor social que generas,
al ambiental que tus proyectos encierran
y al económico que produces…

y, además, quiero hacerlo desde el ángulo de las ventas.

Si no vendes bien,

si no vendes suficiente,

eso que sueñas no será realidad y, finalmente, descuidarás eso que más amas…

… las personas.

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